La frase de Richards y Jagger (aunque parece ser que originalmente fue de Richards y Jones), extraída, ¡y por lo tanto sacada de contexto!, de la canción Ruby Tuesday, del ya lejano año de 1966, interpretada, ¿por quiénes más?, los Rolling Stones, da para escribir una tesis en torno al tema de la libertad, en general, y en particular alrededor de lo que podemos llamar la paradoja de la libertad, que podemos enunciar de la siguiente manera: “El ser humano es libre, pero la única libertad que no tiene es la libertad para no ser libre”, lo cual quiere decir que la libertad es tan potente, que ni ella puede contra sí misma, que es precisamente lo que responde Ruby Tuesday a la pregunta que se le hace: “Don't question why she needs to be so free/ She’ll tell you it's the only way to be”.

El ser humano no tiene libertad, el ser humano es libre, y la única manera de no serlo es dejando de ser humano, lo cual, por más que lo intente, ¡y vaya que hay algunos que se esfuerzan!, al final de cuentas resulta imposible. Es por ello que Ruby Tuesday afirma que ser libre es la única manera de ser, de ser persona, por lo que la libertad, más que una realidad praxeológica, lo es ontológica. La libertad, de entrada, tiene que ver, no con lo que el ser humano hace, tampoco con el cómo lo hace, sino con lo que el ser humano es, con el tipo de ser que es, tipo de ser que es único: libre.

Que el ser humano sea libre quiere decir que tiene la necesidad que decidir y elegir (¡paradoja, ya que la necesidad es lo contrario de la libertad!), aunque decida no decidir, aunque elija no elegir, todo lo cual supone decidir y elegir, es decir, practicar la libertad, que es mucho más que una práctica: es una manera de ser. Es más: es la manera propia de ser del ser humano, la que le corresponde por naturaleza. Vivir, para el ser humano, supone una serie interminable de decisiones y elecciones, lo cual implica la necesidad de decidir y elegir, y la contingencia de aquello sobre lo que se decide y elige. Solamente con relación a esto último - decidir entre esto o aquello, elegir entre A y B -, somos libres,  no siéndolo con relación a lo primero: la necesidad de decidir y elegir. Sartre tenía razón al afirmar que estamos condenados a ser libres, algo que Ruby Tuesday entendió: libre, esa la única manera de ser, y no porque así lo hayamos decidido, sino porque está en nuestra naturaleza. ¿Hay manera de darle la vuelta a la necesidad de decidir y elegir?

El ser humano tiene que decidir y elegir, y conviene que lo haga de manera consciente, que es la forma verdaderamente libre de decidir y elegir: con conocimiento de causa y previsión de efectos (esto último hasta donde resulte humanamente posible), para lo cual el ser humano debe decidir decidir y elegir de esa manera (Ruby Tuesday, ¿habrá caído en la cuenta de ello?), afirmación que confirma lo dicho: no hay forma de darle la vuelta a la necesidad de decidir y elegir, es decir, no hay manera de dejar de ser libre, ¡por más que se deje de practicar la libertad!, ya que para el ser humano esa es el única manera de ser y no, ¡hay que insistir!, porque así lo hayamos decido, sino porque está en nuestra naturaleza ser de esa manera: libres.

¿Qué sucede cuando se actúa contra la naturaleza, contra la libertad del ser humano, que es lo que, en mayor o menor medida, hacen todos los gobiernos al limitar, más allá de lo estrictamente necesario para garantizar los derechos de todos, la libertad? Lo que sucede es que la naturaleza se revela: tarde o temprano el ser humano decide revelarse, porque al final de cuentas, como lo apunta Ruby Tuesday, libre it's the only way to be”.

Por ello, pongamos el punto sobre la i.