Si queremos entender lo que la libertad supone para el ser humano, hay que entender lo que para el ser humano supone ser libre, entendimiento que comienza por distinguir entre el querer, el poder y el lograr, siendo que el lograr no depende del querer sino del poder: se logra lo que se puede, no lo que se quiere, si bien es cierto que el primer paso hacia el logro es el querer, querer que puede ser espontáneo (de pronto queremos algo, tal y como sucede en el caso de las necesidades), querer que debe ser razonado (eso que de pronto queremos, dadas las circunstancias, que pueden incluir desde un cierto estado fisiológico hasta una determinada promesa, ¿es conveniente?), siendo este razonamiento en torno a lo que se quiere el primer paso para hacer posible que el ser humano controle su querer, y no que el querer controle al ser humano (como sucede, por ejemplo, en el caso de los vicios, cuyo principal problema es el moral: hay algo –el tabaco, el alcohol, alguna otra droga– que controla, a partir de ese querer espontáneo, a la persona, incapaz de controlar ese querer, aunque quiera hacerlo, muestra de que querer no es lograr).

Querer, poder y lograr. ¿Cuál de los tres verbos tiene que ver con el sustantivo libertad? Todo depende de cómo la entendamos. ¿Libertad es querer? Y si la respuesta es afirmativa, ¿con cuál querer se identifica: con el espontáneo o con el razonado? ¿Libertad es poder? Y si la respuesta es afirmativa, ¿con qué poder se identifica: con el poder para intentar el logro de lo que se quiere, o con el poder para lograr lo que se quiere? ¿Libertad es lograr? Y si la respuesta es afirmativa, de tal manera que la libertad es igual a la omnipotencia, quien no logra lo que quiere, ¿no es libre?

Si la libertad es un poder, y por lo tanto una facultad que el ser humano puede o no ejercitar, entonces el querer espontáneo, que es algo que de pronto le sucede a la persona, no es libertad (de hecho la necesidad es lo contrario de la libertad), pero sí lo es el querer razonado, razonamiento que es consecuencia de la decisión de la persona para razonar en torno al querer espontáneo. Si la libertad es un poder, pero no total y absoluto, entonces la libertad es el poder para intentar el logro de lo que razonadamente se quiere (que es tanto como decir de lo que se desea conscientemente), sin garantía alguna de que, por quererlo e intentarlo, se pueda lograr. Si la libertad es un poder, pero no total y absoluto, lo cual quiere decir que el ser humano a veces logra lo que quiere y a veces no, entonces la libertad no es sinónimo de lograr, no es omnipotencia, y no lo es porque, como lo señala Murray, la vida limita las opciones, y no tanto en lo que al querer respecta (de manera por demás insensata el ser humano puede quererlo todo), sino en lo referente al poder (ningún ser humano lo puede todo. De hecho, por más que podamos, eso que podemos siempre resultará, con relación a lo que queremos, poco, lo cual tiene su ventaja: siempre habrá algo, eso que se quiere y no se ha logrado, por lo que luchar).

Entonces, ¿qué es la libertad? El querer razonado y la posibilidad de intentar el logro de eso que se quiere, debiéndose de limitar este intento sólo cuando lo que se quiere resulta irracional, ojo, ¡desde el punto de vista del respeto de los derechos de los demás!, es decir, cuando lo que se quiere se consigue violando los derechos de los demás, violación que es lo único que justifica que el gobierno limite la libertad de las personas, partiendo de los tres mandamientos indispensables para la convivencia civilizada: no matarás (respeto al derecho a la vida), no esclavizarás (respeto al derecho a la libertad individual), no robarás (respeto al derecho a la propiedad privada), tres mandamientos que, cumplidos, liberan al ser humano para poder intentar todo lo que, razonadamente, se haya propuesto, querer razonado que hace posible que las limitaciones que la vida le impone a la acción humana sean menores, precisamente porque lo que se quiere es razonable, consecuencia de haber razonado el querer.

Por ello, pongamos el punto sobre la i.