Hemiplejia: parálisis de todo un lado del cuerpo. Moral: perteneciente o relativo a las acciones o caracteres de las personas, desde el punto de vista de la bondad o malicia. Hemiplejia moral: parálisis del carácter de la persona en torno a la bondad o malicia de las acciones, que referidas a la izquierda o a la derecha siempre son las acciones del gobierno, quien se mete en donde no debe, limitando arbitrariamente la libertad individual, restringiendo indebidamente la propiedad privada, coartando caprichosamente la responsabilidad personal, libertad individual, propiedad privada y responsabilidad personal que son los tres pilares del liberalismo, mismo que no debe ser confundido, ni con la izquierda (por más que algunos izquierdistas puedan estar de acuerdo con algunos de los postulados del liberalismo), ni tampoco con la derecha (por más que algunos derechistas comulguen con algunos principios liberales).

Podemos empezar a analizar la diferencia entre izquierda y derecha, por un lado, y el liberalismo, por el otro, tomando en cuenta las cuatro maneras en las que la persona puede usar su libertad. En primer lugar, para beneficiarse ella misma. En segundo término, para dañarse ella misma. En seguida, para beneficiar a los demás. Por último, para dañar a los demás. De estas cuatro posibles maneras del uso de la libertad, ¿cuáles deben estar prohibidas por la ley y sancionadas por la fuerza? Por lo general la respuesta es que nada más la cuarta, es decir, que sólo se justifica limitar la libertad individual cuando la misma se usa para dañar a terceros, pero no cuando se practica, o para beneficiar los demás, o para dañarse a uno mismo, o para beneficiarse uno mismo, siendo esta la respuesta liberal: sólo cuando se usa para dañar a terceros se debe limitar la libertad individual.

Para seguir analizando, desde la otra cara de la misma moneda, la diferencia entre izquierda y derecha, y liberalismo, consideremos las cuatro obligaciones que el gobierno puede imponerle al ciudadano. Primera: beneficiarse a sí mismo. Segunda: no perjudicarse a sí mismo. Tercera: beneficiar a los demás. Cuarta: no dañar a los demás. De estas cuatro posibles obligaciones impuestas por el gobierno, ¿cuáles son válidas? Si la respuesta a la pregunta del párrafo anterior fue que sólo cuando se usa para dañar a terceros la libertad individual debe limitarse, entonces, por congruencia, la respuesta a esta otra pregunta debe ser: la obligación de no dañar a los demás, siendo esta la respuesta liberal: la única obligación que el gobierno debe imponerle al ciudadano es no dañar a los demás.

El problema con la izquierda es que quiere que el gobierno obligue al ciudadano a beneficiar a los demás (por medio, por ejemplo, de la redistribución del ingreso), de la misma manera que el problema con la derecha es que quiere que el gobierno le prohíba al ciudadano hacerse daño a sí mismo (prohibiendo, por ejemplo, el consumo de drogas), todo lo cual forma parte de esta hemiplejia moral de la que habla Ortega y Gasset, que hoy afecta a la gran mayoría de los políticos, legisladores, gobernantes y demás detentadores del poder público, ¡incluso en muchos que se califican a sí mismos de liberales!, incapaces de superar esa imbecilidad a la que se refiere el filósofo, imbecilidad porque no puede haber mayor sandez que la de prohibirle a alguien hacerse daño a sí mismo y/o que la de obligar a alguien a hacerle el bien a alguien más, todo lo cual debe dejarse a la libertad individual y, por ello, a la responsabilidad personal, nada de lo cual la mayoría de los gobernantes, legisladores o políticos están dispuestos a dejar en tales términos, y muestras de ello sobran. Hoy los gobiernos son de izquierda y/o de derecha, más y que o, pero no liberales.

Por ello, pongamos el punto sobre la i.