Es el libre comercio, no el proteccionismo, una de las condiciones necesarias para el progreso económico de las naciones. ¿Qué es el libre comercio? ¿Qué es el proteccionismo? ¿Por qué el primero y no el segundo?

El libre comercio es el arreglo institucional, principalmente normas jurídicas, por el cual los consumidores de un país, comprando o dejando de comprar, determinan la composición (qué) y el monto (cuánto) de las importaciones. Este arreglo es, desde el punto de vista de la ética, justo, y, desde la perspectiva de la economía, eficaz. Justo porque respeta la libertad individual para comprar lo que cada quien quiera, independientemente de dónde haya sido producido. Eficaz porque, si una mercancía se importa, se debe a que puede ofrecerse en mejores condiciones de precio y/o calidad y/o servicio que la producción nacional, lo cual disminuye el grado de escasez que enfrenta el consumidor elevando su nivel de bienestar. Además no hay que pasar por alto que las importaciones traen consigo más competencia, obligando a los productores nacionales a volverse más productivos (capaces de reducir sus costos de producción) y más competitivos (capaces de ofrecer a menor precio y/o con mayor calidad y/o con un mejor servicio), lo cual resulta en beneficio de los consumidores.

Por el contrario, el proteccionismo es el arreglo institucional (normas jurídicas, ante todo) por el cual el gobierno, no los consumidores, determina qué (la composición) y cuánto (el monto) de las importaciones, pudiendo llegar a prohibirlas. Este arreglo, que es la antítesis del libre comercio, resulta injusto e ineficaz. Injusto porque les prohíbe a los consumidores comprar lo que les dé la gana independientemente del país de origen de la mercancía. No reconoce la libertad individual para demandar, comprar y consumir. Ineficaz porque, obviamente, las importaciones que el gobierno prohíbe son las que compiten con la producción nacional en términos de precios y/o calidad y/o servicio, por lo que, al prohibirlas, limita las opciones del consumidor a lo producido en su país, producción que se ofrece a mayor precio y/o con menor calidad y/o con peor servicio.

El proteccionismo es consecuencia del contubernio entre el poder político, el único que puede limitar o prohibir las importaciones, y el poder económico, el de los productores nacionales con acceso al poder político, contubernio por el cual ambas partes ganan: el poder político la incondicionalidad del poder económico, y el poder económico la posibilidad de extraer rentas de los consumidores, siendo la renta la diferencia entre el precio mayor al que puede vender estando el productor nacional protegido de la competencia de las importaciones, y el precio menor al que podría vender si estuviera sujeto a la  mayor la competencia posible, lo cual requiere de las importaciones.

El contubernio mencionado en el párrafo anterior es el acuerdo político y autoritario al que se refiere Rivera, por el cual el gobierno, que puede comenzar siendo el Poder Legislativo y terminar siendo el Ejecutivo, actúa a favor del interés de los productores nacionales de cobrar el mayor precio posible, momento de preguntar, uno, si el gobierno debe defender intereses o garantizar derechos y, dos, qué sucede cuando hace lo primero. Respuesta a la primera pregunta: el gobierno debe garantizar derechos (que realmente lo sean), no defender intereses que muchas veces se identifican, falazmente, como derechos. Respuesta a la segunda pregunta: cuando el gobierno defiende los intereses de alguien termina violando los derechos de alguien más, algo que sucede, al amparo de la identificación de intereses con derechos, con mucha frecuencia, sobre todo en el ámbito de la economía.

Por ello, pongamos el punto sobre la i.