¿Qué supondría acabar con el capitalismo? La respuesta depende de lo que se entienda por tal. Según el Diccionario de la Real Academia Española, el capitalismo es el “sistema económico basado en la propiedad privada de los medios de producción y en la libertad de mercado”, libertad de mercado que es la libertad de los agentes económicos (por un lado productores, oferentes y vendedores; por el otro consumidores, compradores y demandantes), para intercambiar bienes y servicios como más les convenga, con el fin de reducir lo más posible su grado de escasez o, dicho de otra manera, con el objetivo de elevar lo más posible su nivel de bienestar. Esta libertad, que es individual, tiene como condición de posibilidad para su ejercicio a la propiedad, que debe ser privada, comenzando por la propiedad de los medios de producción. La libertad siempre se ejerce sobre alguna propiedad. En la misma medida en la que limitas la segunda limitas la primera.

Así definido, ¿es posible acabar con el capitalismo? Sí: basta y sobra con la expropiación de los medios de producción, y con la eliminación de la libertad para intercambiar. Expropiados los medios de producción, se acaba con la propiedad privada de los mismos, primer elemento constitutivo del capitalismo. Eliminada la libertad para intercambiar, se termina con la libertad de mercado, segundo elemento constitutivo del capitalismo.

¿Es posible acabar con el capitalismo? Sí, si por capitalismo entendemos el “sistema económico basado en la propiedad privada de los medios de producción y en la libertad de mercado”. ¿Es ésta la única manera de definir al capitalismo? No.

El capitalismo puede definirse como el sistema económico basado en el uso de capital, siendo tal todo aquello que ayuda a producir más (aumento en la producción) y mejor (aumento en la productividad), capital que abarca, desde el capital humano (el conjunto de conocimientos, habilidades y actitudes que le permiten a la persona realizar trabajos más productivos y producir más con menos), hasta el capital físico (el conjunto de herramientas, equipo, instalaciones, infraestructura que hacen posible producir mejor y producir más), pasando por el capital financiero (el dinero que facilita, al permitir superar las limitaciones del trueque, la compra y venta de capital, desde el humano hasta el físico, para utilizarlo en su mejor uso alternativo: el más productivo, el más productor).

Así definido, ¿es posible acabar con el capitalismo? No, porque no es posible, ¡ni mucho menos deseable!, acabar con el capital, es decir, con todos los medios que nos ayudan a producir más y mejor, desde los conocimientos hasta las herramientas, desde el dinero hasta la infraestructura. Pero lo que sí es posible, y es a lo que se refiere Pazos, es que, por obra y gracia de las expropiaciones, sobre todo del capital físico, éste deje de ser propiedad privada y pase a ser propiedad gubernamental. En tal caso no se acaba, ni con el capital, ni con el capitalismo, pero sí se acaba con la propiedad privada del capital para sustituirla por la propiedad gubernamental del mismo, pasándose de un capitalismo de iniciativa privada a otro de imposición gubernamental, lo cual limita, ¡enormemente!, la eficacia del capital para producir más y mejor, y para hacerlo en beneficio de los consumidores, para lo cual se requiere de la propiedad privada de los medios de producción y de la libertad de mercado, todo lo cual resulta imposible en el capitalismo de imposición gubernamental, que elimina, precisamente por haber eliminado la propiedad privada de los medios de producción (capital físico), la libertad individual, por lo menos en el ámbito de la actividad económico, que es uno de los ámbitos más importantes de la acción humana.

Hoy, pese a la experiencia histórica en contra, no faltan quienes pretenden sustituir al capitalismo de iniciativa privada por el capitalismo de imposición gubernamental.

Por ello, pongamos el punto sobre la i.