Se acabó el tiempo, las campañas terminaron (por fortuna, ya estuvo bien de ataques a diestra y siniestra de todos contra todos) y quedan unos cuántos días para que emitamos nuestro voto. 

Se acabó el tiempo, en este sitio se han escrito numerosos artículos en el que de forma por demás clara, simple y sencilla se ha demostrado que las propuestas de AMLO son a todas luces inviables pero tal parece que no todas las personas han entendido estos mensajes.

Se acabó el tiempo y mucha gente piensa que hay apoyo incondicional al PAN, inútil parece explicar que se apoya (en mi caso) a aquél que comprometa menos mi libertad que cómo ser humano tengo el derecho de gozar, mi libertad de hacer lo que quiera y dedicarme a lo que me plazca siempre y cuando no atente contra la vida o la propiedad de los otros, y a quién respete mi propiedad sin querer intervenir ni ayudarme a administrar, en este caso apoyo a Felipe Calderón.

Se acabó el tiempo, queda claro que la elección es entre dos proyectos de nación, lo que no queda claro es que, por más que se diga lo contrario, el proyecto que representa Andrés M. López es una clara vuelta al pasado, se supone que del pasado tenemos que aprender, no regresar a vivir en él.

Se acabó el tiempo, hay demasiados que no entienden que en la actualidad ya no es suficiente seguir recetas mágicas como aquella de que aumentando el gasto del Gobierno la economía mejorará. En estos momentos el peso del gasto público en el PIB es casi nada si lo comparamos, por ejemplo, con el peso que tiene el comercio exterior. Vivimos en un mundo globalizado y México no debe de quedarse fuera, suficientes problemas se ven en el horizonte (desaceleración de la economía de E.U., China e India en el mapa mundial como brutales países consumidores de materias primas, elevados costos del petróleo, etc.), como para que la receta que nos vendan sea que la política exterior es una prolongación de la política interior. Se necesita de alguien que tenga nociones de qué pasa en el mundo, no de alguien que no quiere ver hacia fuera y cuando lo hace se encierra en necedades como querer renegociar el TLC y mirar hacia abajo (Sudamérica), cuando esta región puede quedar fuera del mapa económico en los próximos 15 años si no hace nada por cambiar.

Se acabó el tiempo y nunca se pudo hacer a todos comprender que aún y cuando se mantenga la actual estabilidad macroeconómica (que ha costado años lograr), será difícil hacer crecer al país si no se aprueban las reformas estructurales que tanto hacen falta (y que López Obrador se empeña en no apoyar), ya nos podemos imaginar cuánto se va a ir el país hacia atrás si una vez más se quiere descubrir el hilo negro y echar por la borda todo lo que se ha logrado.

Se acabó el tiempo y aún hay muchos que van del lado de Andrés López porque creen realmente que el camino de México debe de ser “por el bien de todos, primero los pobres”, cuando, otra vez, se ha demostrado ocasión tras ocasión que los pobres NO serán los mayores beneficiados (y sí muchos de los estratos más altos cuando bajen los precios de la gasolina, del gas y de la luz), tampoco quieren ver que las políticas propuestas no hay forma alguna de hacerlas cuadrar.

Se acabó el tiempo y los “fans” de Manuel Andrés López nunca pudieron ni siquiera darse cuenta de la evidente paradoja que resulta de aparecer tanto en un medio al que tanto atacó (la T.V.) y que según él no iba a utilizar y que este medio lo tenga con probabilidades de triunfar.

Se acabó el tiempo y el resultado es una sociedad dividida en “ricos vs pobres”, las pláticas políticas han llegado a enfrentar a familias enteras (con todo y el mundial de fútbol que no ha logrado que se nos olvide el momento histórico que vivimos), hasta los niños de 1ero de primaria saben por quién votarán sus papás.

Se acabó el tiempo y no hay ni por qué seguir con estos análisis, muchos especialistas lo han hecho y los puede usted leer en este mismo sitio.

Se acabó el tiempo y hay muchos que nos dicen a diario: “¡Sonríe!”, cómo si fuera una broma el futuro de nuestro país. Parece que la guerra sin piedad contra la inteligencia de la que habla Ricardo Medina tiene posibilidades de ganar.

Se acabó el tiempo, pero quiero creer que la gente se dará cuenta del auténtico riesgo que supone el triunfo del candidato del PRD.

Se acabó el tiempo, pero confío en que al final todos entendamos que la mejor forma de enfrentar el futuro es aprendiendo del pasado y no queriendo que el pasado regrese a nosotros.