Es una protesta que, en principio, no se entiende. Los manifestantes
pronuncian lemas contra el Tratado de Libre Comercio de América del Norte y
piden que se renegocie el capítulo agropecuario. Dicen que el TLCAN le ha hecho
un daño enorme al campo mexicano y que la entrada en vigor de la última parte
acabará con lo que queda de la agricultura de nuestro país.
Pero las cifras simplemente no coinciden con estas afirmaciones. La
producción de maíz en México ha aumentado de manera significativa. Otros
productos han registrado también incrementos muy importantes. Las exportaciones
de distintos productos, especialmente hortalizas y frutas, han sido la razón principal
de este incremento.
También ha aumentado la importación de productos, pero fundamentalmente
de maíz amarillo y de otros productos que se emplean como alimento para ganado
y aves de corral. De hecho, la disponibilidad de estos granos ha permitido que
aumente, de forma también importante, la producción de pollo, huevo, carne de
res y leche.
El campo mexicano sigue siendo pobre, por supuesto. Pero lo es desde
antes de la entrada en vigor del TLC. No hay ninguna indicación de que esta
situación sea producto de un acuerdo que lo que ha hecho es aumentar las ventas
de productos agropecuarios mexicanos. La pobreza del campo mexicano es producto
de la fragmentación de la tierra, de la falta de derechos de propiedad en
ejidos y tierras comunales que forman el 60 por ciento del territorio agrícola
del país, de la falta de infraestructura de transporte para sacar productos de
los centros de producción y de la falta de una educación de nivel adecuado.
Pero quienes protestan no son realmente campesinos. Se trata de los
mismos activistas políticos de siempre. Militantes del PRD y del Partido del
Trabajo, del Sindicato Mexicano de Electricistas, del Sindicato de Telefonistas
y de
Los acarreados para realizar esta manifestación fueron muchos.
Centenares de autobuses llegaron a la ciudad de México con quienes serían la
carne de cañón de la protesta. Nadie sabía explicar quién estaba pagando los
transportes y los gastos de la movilización. La gente gritaba: “Sacaremos a ese
güey de
¿Qué buscan estos líderes? ¿Realmente desean eliminar un tratado que ha
sido positivo para el país? Es poco probable. La disputa real tiene que ver con
las nuevas reglas de operación de
El problema es de dinero. El TLC no
tiene nada que ver.