Calderón está tratando de corregir su populismo, pero nada nos garantizará que en cuanto obtenga nuevos tributos los utilizará de manera eficiente. De ahí la observancia de al menos estos diez puntos...
En las próximas semanas se discutirá
en comisiones legislativas la propuesta fiscal calderonista.
No sé cuales serán los impuestos nuevos que se aprueben, pero como liberal
defenderé los siguientes diez principios contra el abuso de los impuestos,
contra la expoliación fiscal de los contribuyentes:
1.
El Estado no es el propietario originario de la riqueza
natural ni de riqueza alguna. Los individuos forjan la propiedad privada a
partir de su acción transformadora sobre la naturaleza y el intercambio
voluntario.
2.
Todo beneficiario de servicios públicos debe pagar
contribuciones, salvo los dependientes económicos de los contribuyentes y los
incapaces.
3.
Cada contribuyente debe pagar contribuciones por un valor
equivalente a los servicios públicos que recibe y no más. Las contribuciones
tienen que guardar relación con el beneficio recibido y de ningún modo con los
ingresos que el contribuyente posea. No es asunto del Estado ni de nadie la
cuantía del patrimonio de cada individuo. Toda norma de tributación que
contradiga este principio debe ser derogada.
4.
Quien no utilice servicios públicos no tiene por qué pagar
por ellos. En caso de que los contribuyentes hayan recurrido a servicios
privados en lugar de los públicos, la erogación le debe ser deducida del pago
de las contribuciones.
5.
Nadie puede ser obligado a subsidiar a persona alguna; no
existe el “derecho” a ser subsidiado, es decir, a que otros sean despojados de
su riqueza para dárnosla. La “justicia” social o “redistributiva”
no es más que extorsión vil, realizada con la fuerza del Estado y en contra de
su función legítima, que es la de proteger a los individuos, no esquilmarlos.
6.
El dinero de los contribuyentes debe servir estrictamente
para el sostenimiento de la fuerza pública para garantizar los derechos
inherentes a toda persona, esto es, para policía, fuerzas armadas, prisiones y
tribunales.
7.
El dinero de los contribuyentes bajo ninguna manera debe
servir para financiar partidos o personajes políticos, ni en general para fin
privado alguno. Es hora de terminar con el dispendio, el vil abuso fiscal de
los partidos políticos. Hay que eliminar a los empresarios “chupa sangre” del
presupuesto público, auditar y transparentar a todos los sindicatos que viven
de la ubre gubernamental.
8.
Quien recibe servicios públicos y no paga por ellos, debe
dejar de recibirlos. Los adeudos en el pago de contribuciones debe ser un
asunto estrictamente civil y bajo ninguna circunstancia penal. Es todavía más
reprobable que a los presuntos responsables por no pago de impuestos se les
prive de la libertad, cuando ni siquiera se les ha sometido a juicio ni dictado
sentencia condenatoria.
9.
En ningún caso el cobro de adeudos de contribuciones
voluntarias debe significar el embargo de los medios de producción, ni de la
vivienda del contribuyente moroso.
10.
Los contribuyentes tienen derecho a la certidumbre jurídica
y fiscal, de modo que no puede elevarse el gasto público (como
irresponsablemente lo ha hecho Calderón con sus subsidios, controles de precios
y sobre todo en el rubro llamado “gasto social”), crearse nuevos impuestos, ni
elevarse los ya existentes.
Ya veremos amigo lector, pero éstos
son los principios que deberíamos defender todos los contribuyentes cautivos. Calderón
está tratando de corregir su populismo, pero nada nos garantizará que en cuanto
obtenga nuevos tributos los utilizará de manera eficiente. De ahí la observancia
de al menos estos diez puntos. Por el bien de México que así sea.
(Agradezco a la Unión
Nacional de Contribuyentes Atlas por compartir sus ideas e inspirar este
artículo.)
EntrarTanta sociedad como sea posible, tanto gobierno como sea necesario.