En una colaboración anterior (ver: http://www.asuntoscapitales.com/articulos/articulos.asp?id=2&ids=2&idss=16&ida=206) vimos cómo las estadísticas globales, independientemente de la fuente que sea considerada, muestran que los pobres del mundo nunca antes han estado mejor que ahora y que el paradigma de que los pobres cada vez se hacen más pobres por culpa de los ricos quienes cada vez se hacen más ricos es rotundamente falso. La pregunta que queda es: ¿a qué se debe la disminución de la pobreza en el planeta?

El desarrollo de los pobres ha sido posible no gracias a que el mundo haya adoptado regímenes de planificación centralizada o cualquiera de sus modalidades, donde burócratas iluminados deciden lo mejor para millones de seres humanos; sino que ha sido posible gracias a que los países atrasados se han inclinado por sistemas que defienden la libertad económica de las personas, dejándoles tomar a ellas sus propias decisiones. En estos países, la libertad ha conferido independencia y dignidad a sus habitantes, ha propiciado una expansión sin precedentes del comercio internacional, atraído capital, ideas, conocimiento, tecnología y recursos de otras naciones más avanzadas. Por el contrario, los países que permanecen en el atraso son los que optaron por regímenes autoritarios que intentan suprimir las fuerzas del mercado, como Cuba, Camboya, Etiopía, Corea del Norte o la Unión Soviética en su momento.

China, por ejemplo, que en un tiempo optó por un sistema totalitario durante el cual sufrió la peor hambruna en la historia de la humanidad, ha crecido sorprendentemente a raíz de haber implementado reformas liberalizadoras en 1978, y en pocos años sacó de la pobreza absoluta a 800 millones de chinos, lo que el Banco Mundial calificó como “la más grande y rápida reducción de la pobreza en la historia”. Otro ejemplo notable es la India, donde gracias a los cambios implementados para desregular la economía, han podido salir de la pobreza 300 millones de personas en los pasados quince años.

México salió del estancamiento económico cuando decidió limitar la intervención del gobierno en la actividad económica y permitir que sus ciudadanos pudieran libremente intercambiar bienes con las personas de los países vecinos. La modesta expansión económica, producto de la libertad económica y la estabilidad, ha reducido la proporción de la población que vive en situación de pobreza extrema: de 25 a 17 por ciento.

La libertad de intercambiar bienes con otras personas en otras partes del mundo -globalización- ha permitido una caída considerable de la inflación mundial, en especial la de los países en desarrollo (México, por ejemplo, alcanzó en 2005 la inflación más baja en las últimas tres décadas, incluso por debajo de la inflación de Estados Unidos), pues ahora las personas cuentan con una mayor oferta de productos, de mejor calidad y precio.

En general y de acuerdo con el Índice de Libertad Económica 2005, los países que adoptaron una política comercial más libre en los últimos veinte años experimentaron un crecimiento promedio del 2.6% en el PIB per cápita. En contraste, el crecimiento del PIB per cápita de los países cuyas políticas comerciales fueron más restrictivas sólo alcanzó el 0.5% en promedio. Mientras los países más reprimidos, comercialmente hablando, registraron un ingreso por persona de 2,916 dólares; los más libres lograron un ingreso personal por persona de 22,306 dólares al año.

Los economistas toda la vida nos han tratado de explicar la razón por la que existen países ricos con gente pobre y países pobres con gente rica, para lo cual han desarrollado complejos modelos econométricos y sesudos cálculos matemáticos. Sin menospreciar los avances que las ciencias exactas han brindado al terreno social, la causa puede ser explicada por la falta de libertad. Los pobres son pobres porque son menos libres que los ricos. Las personas son pobres porque no pueden trabajar donde desean, porque no pueden invertir en lo que prefieren, porque no pueden escoger dónde comprar, porque no pueden asegurar que lo suyo es suyo y de nadie más, porque no pueden escoger, incluso, la escuela donde desean estudiar. Los pobres están obligados a estudiar en la escuela donde un burócrata decidió que deben estudiar, los pobres son cautivos de estructuras monopólicas, u oligopólicas en el mejor de los casos, por lo que no cuentan con suficientes opciones para comprar lo mejor al mejor precio. A los pobres no les está permitido intercambiar sus bienes con otras personas en otros países.

La disminución en la pobreza mundial ha sido posible gracias a que los gobiernos han comprendido que la libertad económica arroja mucho mayores beneficios que la iluminación burocrática.