Pues no, el dinero no es el principio de las naciones fuertes, y la moral de los habitantes de una nación, es decir, sus usos y costumbres, es más importante que el dinero, es decir, que el medio de intercambio, lo cual no quiere decir que el dinero, precisamente como medio de intercambio de mercancías, no sea importante, pero de eso a afirmar, como lo hace Jefferson, que el dinero es el principio de las naciones fuertes hay alguna diferencia.

El dinero es el medio de intercambio que hace posible superar las limitaciones del trueque, potenciar la actividad económica, y elevar el bienestar de la gente, a partir de una más amplia y profunda división del trabajo y de un más extenso e intenso intercambio comercial. En este sentido el dinero es una herramienta maravillosa, y para comprenderlo imaginemos lo que pasaría con el intercambio, la división del trabajo, la oferta de bienes y servicios, el bienestar de la gente, y el progreso económico, si el dinero llegara desaparecer y tuviéramos que limitarnos al trueque. ¿Qué pasaría si el dinero llegara a desaparecer y los seres humanos no contáramos con un medio de intercambio? La involución económica sería considerable y la reducción en los niveles de bienestar inmensa.

Pero una cosa es que el dinero sea una herramienta maravillosa, el medio necesario para, a través del ahorro, la inversión y el intercambio indirecto potenciar la actividad económica de los seres humanos, y otra que sea, por arriba de la moral, el principio de las naciones fuertes, sobre todo si esa fortaleza no es nada más económica, por más que dicha fortaleza, la económica, sea parte integrante de la fortaleza integral de un país.

Además hay que preguntar a qué se refiere Jefferson con eso del principio de las naciones fuertes. ¿Cómo debe entenderse el término principio? ¿El primer instante del ser de algo? ¿La causa eficiente de algo? ¿La norma que rige el pensamiento y la conducta de alguien? ¿Se referirá Jefferson al primer instante del ser de una nación, de tal manera que ese instante coincide con el dinero, de tal manera que el dinero es tiempo? No, ya que el dinero es medio de intercambio, no tiempo. ¿Se referirá, entonces, a la causa eficiente de la nación, de tal manera que esa causa eficiente, que se define como aquello, o aquel, de lo que, o de quien, proviene algo, coincide con el dinero? No, ya que el dinero no es causa eficiente, ¡mucho menos de una nación!, sino medio de intercambio. Entonces, ¿se referirá Jefferson a la norma que rige el pensar y el actuar del ser humano, regla que en el caso del pensar es la norma lógica y en el del actuar la norma moral? No, y la razón es la misma que en los dos casos anteriores: el dinero es medio de intercambio, no norma del pensar, ni tampoco del actuar.

El dinero, como medio de intercambio, es condición necesaria del progreso económico (sobre todo si es un dinero sano y fuerte que preserve su poder adquisitivo), y el progreso económico (definido como la capacidad para producir más y mejores bienes y servicios, para un mayor número de gente), es condición necesaria de una nación fuerte, de tal manera que el dinero es condición necesaria de una nación fuerte, algo muy distinto a afirmar, como lo hace Jefferson, que el dinero es el principio de las naciones fuertes, y que lo es antes y por arriba de la moral.

El dinero, utilizándose como herramienta de intercambio, en el ámbito que les es propio, el mercado, es una maravilla, ¡y no exagero al calificarlo así!, pero decir que es, antes y por arriba de la moral, el principio de las naciones fuertes resulta desproporcionado.

Por ello, pongamos el punto sobre la i.