Que el gobierno cobre impuestos quiere decir que, leyes tributarias de por medio, el recaudador obliga al contribuyente a entregarle parte del producto de su trabajo, parte de su ingreso, lo cual hace del cobro de impuestos una expoliación legal, momento de recordar que lo legal (lo que dicen las leyes) no necesariamente es lo justo (el respeto a los derechos de los demás).

¿Cómo justificar la expoliación legal que supone el cobro de impuestos? Aceptando que necesitamos un gobierno, que debe limitarse a la realización honesta y eficaz de sus legítimas tareas, la primera de las cuales es hacer valer la justicia, es decir, garantizar los derechos de las personas, y que la manera menos dañina de financiarlo es por medio del cobro de impuestos (las otras dos serían la deuda y la producción de dinero), impuesto (así, en singular) que debe ser el mismo para todos (para que no haya redistribución del ingreso por el lado de su cobro). Lo ideal (lo justo y más eficaz) es el impuesto único a la compra de bienes y servicios de consumo final, que evita el abuso de la doble (o múltiple) tributación, es decir, de obligar al contribuyente a tributar dos o más veces.

Por doble tributación se entiende el acto de gravar dos veces el mismo objeto gravable, objetos gravables que pueden ser varios, desde acciones hasta cosas. Sin embargo, ya sea que se grave una acción (por ejemplo: el trabajo, con el impuesto sobre la renta), o una cosa (por ejemplo: una propiedad, con el impuesto predial), cualquier impuesto se paga del ingreso del contribuyente por lo que, al final de cuentas, o por principio de ellas, todo impuesto lo es al ingreso del contribuyente, por lo que, lo que apunta Amagi, es correcto: donde se cobran dos (o más) impuestos, dado que el pago de cualquier impuesto sale del ingreso del contribuyente, hay doble (o múltiple) tributación, lo cual por lo general no se reconoce, lo que hace posible el abuso de la doble (o múltiple) tributación.

Si a una persona se le cobra un impuesto sobre la renta (que grava directamente su ingreso), un impuesto al valor agregado (que paga en la compra de bienes y servicios), y un impuesto predial (que paga sobre sus propiedades de bienes inmuebles), dado que el objeto gravable es distinto no se considera triple tributación y, aparentemente, no suscita ningún problema. Sin embargo, desde la perspectiva de Amagi, en tal caso sí hay múltiple tributación, porque en cada caso el impuesto se paga del ingreso del contribuyente: se le obliga a tributar por trabajar (impuesto sobre la renta), por consumir (impuesto al valor agregado) y por poseer (impuesto predial), impuestos que paga, porque de hecho no tiene otra manera de hacerlo, de sus ingresos. En tal caso, ¿hay o no hay triple tributación? Amagi, ¿está en lo cierto o no?

La trampa está en creer que hay varios objetos gravables o fuentes de impuestos, cuando en realidad solamente hay una: el ingreso del contribuyente, que puede gravarse directamente (el impuesto sobre la renta) o indirectamente (el impuesto al valor agregado, el impuesto predial, y muchos otros). Hay una sola fuente de impuestos, un solo objeto gravable, el ingreso del contribuyente, que puede gravarse de distintas maneras (en este punto la creatividad del recaudador es infinita), lo cual genera, siempre que haya más de un impuesto, la doble, triple, cuádruple tributación, tal y como sucede la mayoría de las veces, muestra de que, en la gran mayoría de los casos, no hay un límite, claramente establecido, al poder recaudador del gobierno, al poder de la expoliación legal, que precisamente por ser expoliación debe reducirse a la mínima necesaria para que el gobierno cuente con los recursos indispensables para que, con honestidad y eficacia, realice sus legítimas tareas, que son muchas menos de las que actualmente realiza.

Por ello, pongamos el punto sobre la i.