Hace algún tiempo redacté este decálogo, que llamé para el buen comportamiento del gobierno. Puede ayudar a responder a la pregunta que hace Félix de Jesús.
I.- Reconocerás y garantizarás los derechos de la persona a la vida, la libertad y la propiedad. Aceptarás que esos derechos son anteriores y superiores al Estado, sus leyes y sus gobiernos, cuya única tarea es reconocerlos y garantizarlos.
II.- Respetarás, como límite de tus acciones, la vida, la libertad y la propiedad de las personas.
III.- Cobrarás, únicamente, los impuestos necesarios para, con honestidad y eficacia, prohibir que las personas se dañen unas a otras y, suponiendo que no lo logres, castigar a quien dañe, en su vida, libertad o propiedad, a los demás.
IV.- Reconocerás que lo propio del ser humano es estar gobernado por leyes, no por hombres.
V.- Aceptarás que la primera y más importante tarea de las leyes es imponer un límite a tu acción, límite cuyo respeto aceptarás como una obligación ética.
VI.- Crearás un Estado de Derecho, que es el gobierno de las leyes justas, siendo justas las que reconocen y garantizan los derechos de la persona a la vida, la libertad y la propiedad, sobre todo en contra de tus posibles arbitrariedades.
VII.- Aceptarás que, salvo en el caso de la seguridad en contra de la delincuencia, y de la impartición de justicia, el combate en contra de los demás males, y la lucha a favor de los otros bienes, es responsabilidad de la persona.
VIII.- Aceptarás que tus acciones deben ser neutrales, sin conceder privilegios a favor de unos y, por ello, sin imponer coerciones en contra de otros, tal y como sucede cada vez que redistribuyes el ingreso, quitándole a unos para darle a otros.
IX.- Aceptarás, sin ninguna reserva, que eres gobierno, ¡y nada más que gobierno!, no ángel de la guarda, no hada madrina, y que solamente siendo gobierno, ¡y nada más que gobierno!, es posible que reconozcas y garantices los derechos de la persona a la vida, la libertad y la propiedad.
X.- Aceptarás, sin ninguna reserva, que lo único que justifica tu existencia, así como el cobro de impuestos, la prohibición de determinadas acciones, y la imposición de castigos, es la defensa de los derechos de la persona a la vida, la libertad y la propiedad.
Sólo si el gobierno respeta este decálogo respeta la libertad individual, la propiedad privada y la responsabilidad personal. Ningún gobierno lo hace.
Por ello, pongamos el punto sobre la i.