Para entender la afirmación de Friedman hay que preguntarnos, en primer lugar, ¿qué son los impuestos?, y responder que los impuestos son aquella parte, del producto de nuestro trabajo, que el gobierno nos obliga a entregarle. Los impuestos son, tal y como su nombre lo indica, una imposición, momento en el cual surge la segunda pregunta, ¿qué la justifica? ¿Qué justifica que el gobierno nos obligue a entregarle parte del producto de nuestro trabajo? Que nos garantice que nadie más nos quitará el resto y, de fracasar en el intento, que castigue a quien nos lo quitó y nos resarza del daño o, dicho de otra manera, que garantice la seguridad contra la delincuencia e imparta justicia. Estas dos tareas, realizadas con honestidad y eficacia, justifican el cobro de impuestos e imponen al contribuyente la obligación moral de pagarlos.

¿Pero qué sucede cuando el gobierno pretende, además de defenderlo contra la delincuencia, preservar al gobernado de otros males? ¿Y cuál es la consecuencia de que el gobierno pretenda, además de impartir justicia, concederle al gobernado otros bienes? Entonces, cuando el gobierno pretende ser desde ángel de la guarda, y preservarnos de todos los males, hasta hada madrina, y concedernos todos los bienes, los impuestos deben aumentar, el contribuyente debe entregar una mayor parte del producto de su trabajo, y el cobro de impuestos degenera en una expoliación legal, es decir, en un robo con todas las de la ley, con lo que ello implica en términos de libertad individual y propiedad privada, no debiendo pasar por alto el hecho de que no puede haber mayor amenaza, del gobierno contra los gobernados, que eso, la expoliación legal, el robo justificado con la ley por delante.

Hoy los gobiernos son más que gobiernos, pretendiendo ser desde ángeles de la guarda hasta hadas madrina (y escribo pretendiendo porque nunca lo logran, consiguiendo solamente violar la libertad individual y/o la propiedad privada), razón por la cual el cobro de impuestos resulta excesivo, motivo por el cual ha degenerado en expoliación legal, causa más que suficiente para estar a favor, como lo estaba Friedman, de reducir impuestos, en cualquier caso, y en cualquier momento.

Con gobiernos que, además de gobiernos, pretenden ser ángeles de la guarda, y preservarnos de todos los males, y hadas madrina, y concedernos todos los bienes, la reducción y/o eliminación de impuestos supone eliminar y/o reducir  acciones del gobierno ángel de la guarda, y del gobierno hada madrina, y, por ello mismo, aumentar el campo de la libertad individual y la propiedad privada, cuyo defensa debe ser la única tarea del gobierno, tarea que, realizada con honestidad y eficacia, es la que justifica el cobro de impuestos, justificación que hoy, con gobiernos ángeles de la guarda y hadas madrina, brilla por su ausencia, gobiernos AG y HM que han hecho del cobro de impuestos un robo con todas las de la ley, una expoliación legal, ante la cual los contribuyente se encuentran indefensos, de entrada por creer, ¡erróneamente!, que el gobierno puede ser, desde ángel de la guarda hasta hada madrina, sin ningún costo para ellos, mucho menos en términos de libertad y propiedad, momento de recordar que no hay algo que el gobierno le dé a algún gobernado que previamente no le hay quitado, o a él mismo, o a otro, otro a quien el gobierno obliga a entregar parte del producto de su trabajo a favor de alguien más, obligación que tiene un nombre: esclavitud.

Por ello, pongamos el punto sobre la i.